—Ni siquiera sabría qué decir. Oye, sé que no somos novios, ni siquiera estamos saliendo, pero ¿te importaría venir conmigo a encontrarme con mi hermana en el hospital?—
—Sí, eso suena genial—. Kamila sonríe. —Entonces, ¿digamos la próxima semana?—
—Kamila...—
—¿Realmente vas a rechazar la petición de tu hermana enferma?— pregunta, dándome los ojos de cachorrito más falsos.
—Eso es realmente bajo—.
—¿Pero está funcionando?— Laury se ríe.
—Por supuesto, está funcionando jodidamente, idiotas—.
—Asegúrate de decirme cuándo vendrá—, dice Laury. —Me quedaré sin trabajo por eso—.
—Te odio—, le murmuro mientras Verónica entra a la habitación.
—Tengo una gran noticia—, anuncia, sonriéndonos.
—Me encontraron un riñón—, bromea Kamila. Todos sabemos que no puede ser eso porque estarían sucediendo muchas más cosas a la vez.
—Cerca. Le encontraron un riñón a otra persona, así que subiste en la lista. El siguiente riñón, por supuesto, con las circunstancias adecuadas y todo ese alboroto, es tuyo—.