Camino por la habitación, la sala de estar, la pequeña zona de estar, y termino en el dormitorio, abriendo la puerta corredera que da al balcón. El aire está un poco frío ahora que el sol se ha puesto, pero de todos modos me quedo allí por un rato, dejando que mis pensamientos se vayan con la suave brisa. O intentarlo. No está funcionando.
Cuando regreso a la habitación, suena mi teléfono desde donde lo dejé en la cama.
—Hola, Laury—, respondo, cayendo sobre la cama para mirar el techo.
—Imagínense mi sorpresa cuando llego al apartamento de mi mejor amiga para que no tenga que pasar sola la noche del miércoles, pero encuentro todas las luces apagadas y no hay nadie en casa—.
—Oh, uh, estoy en un hotel—.
—¿Un miércoles?—
—Sí.—
—Oh—, dice con demasiada emoción. —Así que ahora esto es algo de lunes a viernes, ¿eh? ¿Te pidió él o tú le pediste que viniera?—
—Él me preguntó. Pero creo que estás leyendo mucho más de lo que deberías—.
—Estoy bastante seguro de que no. Claramente, esto signif