Olivia, que en ese momento estaba algo nerviosa, temiendo que su actual esposo hubiera escuchado toda la conversación que sostuvo con su madre, con cierto titubeo, preguntó:
—¿Desde cuándo estás parado ahí?
Matías, con una leve sonrisa en los labios, le respondió:
—No hace mucho... Mejor dicho, apenas colgaste, justo estaba llegando y, como te veías tan linda con esa sonrisa al terminar la llamada, solo quise observarte un momento, pero no tuve mucho tiempo de verte así, ya que apenas empezaba a contemplarte, te disté cuenta de mi presencia.
Luego, medio en broma, agregó:
—Aunque sí, me gustaría saber quién era esa persona que te dejó de tan buen humor, solo espero que no haya sido un hombre... porque, como tu esposo, podría ponerme celoso y eso no sería ninguna broma.
Al escuchar esto, Olivia se tranquilizó, dado que estaba claro que Matías no había escuchado nada comprometedor de su conversación con su madre, así que, aliviada, le respondió:
—Deja de decir estupideces y mejor acompá