Capítulo 58. Culpable
Había llegado la hora de la comida y todos estaban ya sentados a la mesa, esperando por Olivia, quien era la única que faltaba para comenzar.
Don Francisco, al notar que su nieta se demoraba en bajar, empezó a molestarse, ya que les había pedido expresamente a sus nietos que esa noche estuvieran todos presentes en la cena, pues tenía algo muy importante que comunicarles.
Esperó un par de minutos más, hasta que, visiblemente impaciente, dijo:
—Cecilia, ¿sabes si alguien subió a despertar a Olivia para que bajara a comer?
—Sí, señor —respondió el ama de llaves, con un tono apenas disimulado de molestia—. Ya que ella misma había subido a despertarla para que estuviera a tiempo en el comedor.
Y en su mente no podía evitar pensar que Olivia lo estaba haciendo a propósito, solo para provocar que el señor la regañara. En el fondo, Cecilia sospechaba que Olivia nunca le había perdonado no haber participado en el maltrato contra la señora Luciana en el pasado.
Ella, que estaba sumida en sus pe