Matías y Alexia ya habían regresado a la mansión, pero lo hicieron con una diferencia de media hora, tal como lo habían planeado después del desayuno, pues Alexia no quería que los vieran llegar juntos, mucho menos que empezaran los rumores de que habían pasado la noche juntos.

Ella fue la primera en llegar, y apenas entró, Luciana se acercó con cara de preocupación y le preguntó:

—¿Dónde estuviste anoche? Tus padres te estuvieron buscando por toda la casa y no pudieron encontrarte. Como tampoco encontraron a Matías, dieron por hecho que se habían escapado juntos y pasaron la noche fuera.

Luego, Luciana añadió:

—Pero tranquila, que yo sé cómo se llevan ustedes dos y sé que eso es imposible, aun así, delante de tus padres no dije nada... para que tu pequeña mentira no saliera a la luz y dejé que siguieran pensando que se habían escapado para estar solos.

Alexia, algo apenada, desvió la mirada y solo dijo:

—Salí después de dejar a mis padres en su habitación… pues no quería estar en el