Por querer salvar a una chica, él comete el peor error de su vida, algo que jamás había hecho antes: confiar. Quiso creer que por una vez que dejara de dudar, nada pasaría. Muchas veces había desconfiado sin motivos y sin razón, y al final del día no había peligro alguno, pero esta vez, aquella decisión lo llevaría a su muerte en vida. ¿Qué es lo peor que podría pasar al enamorarte de tu caso y escapar con ella, intentando demostrar que es inocente mientras eres considerado un traidor por esconderla del Gobierno Estadounidense? A lo mejor, podrías llegar a ser correspondido, pero también podrías llegar a ser víctima de tu propia ilusión.
Leer másTomé aire mientras me colocaban las esposas, el hombre que me inmovilizaba era mucho más fuerte que yo, por lo que era inútil intentar liberarme. Yo me había buscado los problemas supongo, era esa clase de chica. Sonreí, porque incluso en ese momento, cuando estaba siendo aprisionada, estaba siendo yo misma.
—¿Estás contenta, Keira? —preguntó con desdén el otro hombre que se acercaba.
Claro que lo conocía, era mi proveedor y mi jefe, él se encargaba de darme el dinero que usaba para mantenerme. Debía haberle pagado hacía tres meses, supuse que mi plazo de deuda había culminado.
—Anda, perdóname, no volveré a tardarme. —dije, sonriendo, enredando mi cabello lacio y azabache entre mis dedos.
—Cállate, no te será tan fácil seguir engañándome. —gruñó Marcus, era mi jefe y tarde o temprano iba a cansarse de mi comportamiento. —Me has timado muchas veces, escúchame, no has pagado todo lo que te llevaste y al parecer, cada vez tienes menos oportunidades.
—¿A qué te refieres? —pregunté, enfocándolo con mis ojos color miel casi amarillos, sabía que intimidaban a la gente.
—Perdiste tu toque, linda. —guiñó un ojo, mientras me acariciaba la mejilla. —Te han atrapado las dos veces que has intentado robar en algún sitio. ¿Qué crees, que no me entero?
No era cierto, yo si lograba tener éxito en las ocasiones en las que daba mis golpes, seguía siendo buena criminal. Pero no quería que él lo supiera, seguía siendo un secreto, debía conseguir ese dinero para algo más importante que yo. Mi hermana había fallecido, dejando a mi sobrina de dos años sola y necesitaba asegurarle un buen pasar el tiempo que pudiera, era mi objetivo. Gala era muy importante para mí, debía cuidarla, era tan pequeña aún. Si le decía a Marcus, ella correría peligro y no me lo perdonaría jamás.
—Lo siento, debo estar volviéndome más lenta. —dije, encogiéndome de hombros. Llevaba mi ropa favorita. Mis botas negras altas con cordones, junto con mis jeans desgastados cargo color verde militar y un top azul que dejaba ver algo de mi vientre.
—Sí, lo sé. —dijo, al tiempo en el que me daba una palmada en la espalda. —Afortunadamente para ti, Keira, tienes otra oportunidad.
—¿En serio? —pregunté, bastante sorprendida, luego de que fallara en varias de sus tareas, no esperaba que siguiera confiando en mí.
—Sí. —sonrió con malicia, eso me lo dijo todo, lo que quería hacer conmigo no sería agradable. —Por eso las esposas, querida. Ya no tienes el talento para robar, pero sigues siendo bella, por eso encontré la forma en la que pagarás tus deudas.
En ese momento, empecé a temblar, el miedo me invadió. No me pasaba seguido, mi valor me mantenía con vida. Estaba atrapada, en un lugar repleto de criminales, los cuales no se arriesgarían por protegerme, pedir ayuda sería inútil.
—¿Qué has planeado, infeliz? —pregunté, desafiante, con el enojo cruzado en mi voz.
Marcus soltó una risa y me miró de arriba abajo, para él, la elegancia era esencial y mi ropa seguramente lo asqueaba, no toleraba esa sencillez. Le ordenó a uno de los hombres a su mando que trajeran nuevos atuendos para mí.
—No puedes verte así para la subasta, nadie querrá comprarte. —dijo, negando con la cabeza.
—¿Qué dices? No puedes venderme, no es legal… —empecé a decir, con desesperación. No podía ser cierto, era la peor de mis pesadillas.
—Nada por aquí es legal, guapa. —contestó, con una mueca, luego fue a recibir a toda su comitiva. Era una tropa de estilistas, con valijas con ropa y maletines con maquillaje.
Quería tomar mi teléfono y llamar a alguien para que me salvara, a pesar de que sería inútil. No tenía a nadie mas que a mi sobrina, pero ella se encontraba viviendo con la ex pareja de mi hermana. Si les marcaba, los condenaría a muerte. Los nervios me tensaban la piel, el hombre que me comprara podía hacer conmigo lo que le plazca, era el más terrible de los desenlaces para mí.
—No te aflijas, ni se te ocurra llorar. —dijo Marcus, acercándose con severidad. Me tomó el rostro con las manos. —Si los ojos se te enrojecen… —sacó el arma y me apuntó. —Terminaré pronto.
Tragué saliva y asentí, no podía negarme a sus órdenes. Por lo que, tuve que hacer un gran esfuerzo para no llorar. Con todas mis fuerzas me contuve, sintiendo la frialdad de Marcus sobre mí.
—Escúchame Keira, todos los invitados dispuestos a comprarte, han ofrecido un monto mínimo de cincuenta millones. ¿Es mucho más de lo que me debes no?
Mis ojos se iluminaron al oír esa descomunal cifra, algo que en mi vida no podría ver jamás. Con ese dinero, mi sobrina no tendría que pasar necesidades nunca más y podía darle la vida que mi hermana quería darle antes de fallecer.
—Si te portas bien, te daré la mitad. Es bastante justo. —arqueó una ceja, luego le dio un par de órdenes a las estilistas.
Asentí con la cabeza. Ese trato era muy tentador, claro que también conllevaba a un gran peligro. Aun así, era mi única opción, si no obedecía, de todos modos, estaría muerta. Respiré profundo, buscando un poco de paz para seguir, ser comprada por un extraño no era un futuro tentador.
Una de las mujeres me hizo sentarme en una silla para comenzar a lavar y a peinar mi cabello, mientras la otra preparaba el maquillaje. El vestido era de color lavanda, ceñido en las caderas, que solía ocultar con pantalones bastante anchos, porque eran bastante pronunciadas y a veces me sentía acomplejada. Este vestido marcaba mis curvas sin pudor alguno y los zapatos me estilizaban y temí caerme con ellos en medio de la subasta. Me plancharon el cabello hasta que quedó lacio y brillante, un flequillo en mi frente hacía que pareciera mucho más interesante y remarcaba mis rasgos y el color de mis ojos.
Estaba tan diferente que no me reconocí en el espejo. Tenía una misión clara, sonreír durante todo el proceso.
—Ahora sí, querida Keira, te ves excepcional. —dijo Marcus, aplaudiendo al verme así de producida. —Tendré una buena oferta, ya lo verás…
Sus palabras no me daban nada de seguridad, el no era el hombre más honesto del mundo. Confiar en él sería muy ingenuo de mi parte. Tenía un plan, solo debía esperar, por el momento sonreiría hasta encontrar al magnate que me comprara y luego, actuaría, una vez con el dinero en mis manos. Podría escapar, con la suma entera podía desaparecer junto con Gala.
Las puertas se abren.Ella entra.Endersson Ackerman la observa con molestia.Esa mocosa que está a nada de cumplir la mayoría de edad la ha cagado tremendamente.Lo que acababa de hacer bien podría desatar una guerra si no se contenía desde ese instante.—Lo siento mucho, hermanito. Debía hacerlo.—Lo asesinaste frente a su propia hermana. Ella buscará venganza. Si comienzan a investigar darán con nosotros y…—Ahórrate tus sermones. Lo hecho, hecho está. Que llore todo lo que quiera por su hermano, él no volverá.—Eres una chiquilla insolente de mierda.Más que ofenderse, lo que hace es reírse.—Así me amas, hermanito. Supéralo.—Tienes que comenzar a madurar, Fetthya Ackerman. Vas a ser mi muerte. Nos llevarás a la ruina.—Nadie sabe de nosotros. Siempre nos escondiste muy bien y confío en que lo seguirás haciendo.—No si nos sigues exponiendo con tus actitudes de mierda.—Él se lo buscó.—¿Qué te hizo? ¿Eh?Su cara de inocencia no convence a su hermano. Él sabe que no es ninguna sa
Tres años despuésLo habían logrado.El pequeño Damián de ahora casi seis años era el niño más feliz que pudiera existir…Mucho más ahora que tenía un pequeño hermanito que ese día cumplía dos años, y que acababa de recibir la noticia de que su madre estaba nuevamente embarazada, esta vez por fin se vendría la niña. Tal y como todos deseaban que ocurriera.—¡Dexter! ¡Ten cuidado con las olas!Damián corrió a tomar al pequeño y lo arrastró hacia la orilla. Tenía su salvavidas de dinosaurio alrededor de su cintura, pero Damián era muy sobreprotector con Dexter. Lo cuidaba mucho. Lo amaba mucho.—No se alejen, por favor —pidió Ava, acercándose a donde ellos se encontraban y sonriendo mientras miraba a sus dos pequeños comenzar a armar un pequeño castillo de arena.Enseguida pudo imaginarse a una pequeña niña metida entre ellos, haciéndolos rabiar por desmoronar lo que ellos con tanto esmero estaban creando. No creía que la pequeña Dulce fuese a ser tranquila, en primer lugar, porque sus
En la actualidadSnape—A pesar de tu ayuda cuando Ava y yo estábamos prófugos, yo tenía ciertas dudas sobre ti. Era extraño que incluso mi mejor amigo, Martin, dudara de mí, y tú, todo lo contario, me ayudabas sin rechistar. Sacando todo el tema sobre mí, también está el hecho de que todas las misiones las terminabas con éxito, y eso está bien, no tiene nada de malo, lo intrigante es que eran misiones que, para lograr completarla se le debía dedicar muchísimo tiempo, estar en Japón, con la Yakuza… es la mafia más peligrosa después de los Italianos y los Albaneses, y tú, no solo saliste intacto, sino que lo resolviste en pocos meses…>>Luego, en cuanto escapé del lugar donde esta misma organización me tenía atrapado, quería comprobar que sí eras parte de esto, que eras el maldito jefe, alertándote, poniéndote sobre aviso de dónde me encontraba, a ver si me regresabas, y no lo hiciste. Admito que eso me hizo dudar, y pensar por un momento que estuve equivocado siempre y que no tenías n
En la actualidadSnapeMe lleva caminando hacia la finca donde se llevan a cabo las negociaciones y trabajos ilícitos de La Asociación. Al fin y al cabo, estamos a tan solo una cuadra. Asesiné a Dante en sus narices. No alerté que había un agente de los Estados Unidos cerca que, encima, me ha dejado escapar. Eso daría pasos a sospechas de una posible traición de mi parte. Besé a Ava, siendo un hombre casado…Casado con una mujer que ellos dispusieron para consolidar mi entrada y puesto en la organización y que yo, en mi rabia acepté gustoso porque sabía que eso le dolería a Ava tanto como a mí me dolería verla estar con Dante. Verla casarse con él.He cometido errores que muy probablemente me salgan caros, pero no me rendiré. Llegó el momento de actuar y demostrar mi valía, pero no para demostrárselo a los demás, sino a mí mismo. Tengo que salvar a mi familia, salvarnos, sé que puedo. Estoy un noventa y nueve por ciento seguro de que todo lo que he recaudado desde las sombras, mis teo
En la actualidadSnapeDisparo cinco tiros certeros en cada cráneo que entra por la puerta principal. Con suma rapidez tomo pequeñas dagas de mi guantelete y las lanzo con una precisión casi imposible sobre el cuello de tres hombres más, haciéndolos desangrarse al instante. Doy media vuelta y batallo cuerpo a cuerpo con uno que casi logra dispararme. Mi mano va directo a su cuello y la que tiene el guante hace que el arma se caiga de sus manos y se dispare sola en el suelo. Logra darme un puñetazo en las costillas, pero le se lo devuelvo tres veces con más fuerza en su rostro. Tomo su cuello y se lo giro, rompiéndolo. Cae inerte frente a mí.Hay dos hombres más que me apuntan con sus armas. Sonrío. Puedo notar sus temblores por cómo se mueven las manos. Las pistolas casi se caen. Sus nueces de Adam suben y bajan, se miran, intentando pensar en qué movimiento hacer. Tuvieron una oportunidad. Pudieron dispararme en el segundo en que me apuntaron, pero parece ser que Dante tiene otros pl
En la actualidadSnapeLlevo ya varios días donde salgo del trabajo y me vengo directamente al departamento de Ava. Hemos estado siguiendo la pista de Dante, la orden de los siete es que lo entreguemos con vida. Ya casi lo tenemos. Sabemos dónde está escondido, pero el maldito está siendo protegido por la Organización Empire. La Organización rival. Estamos esperándolo. Vigilándolo.En algún momento dará un paso en falso y esa será mi oportunidad.Cómo cambian las cosas… ¿verdad?Entré a La Asociación con el objetivo de acabar con ella y con la madre de mi hijo, y ahora, los papeles se han invertido. Dante no tocó al niño, y eso es lo único que debería importarme. Sin embargo, no puedo dejar de querer hacerlo pagar por lo que le hizo a Ava.Patético.Soy un patético de mierda.Ella me jodió de todas las maneras posibles y aquí estoy yo…Pienso en ella cada noche, en sus caricias, sus palabras, su manera de amarme… me cuesta ahora tenerla lejos. Me cuesta todavía más al saber que ella s
Último capítulo