Capítulo setenta y siete. Te echaré mucho de menos. — — — — Narra Amy Carlson — — — — Ya no tengo remedio. Estoy perdida en él y extrañarlo estos dos días serán durísimos porque sobre todo desde que nos casamos nunca hemos estado separados. Cuando se ama nada es demasiado y todo este tiempo me sabe a poco, incluso cuando Arthur trató de romper nuestra relación él iba una y otra vez a mi, me traía de vuelta y creo que esta es la primera vez que nos vamos a separar desde entonces, no tengo remedio no... no tengo más remedio que amarlo ahora y extrañarlo después. Me aferro a él, acercándole a mi pecho como si me fuera la vida en ello y es que es todo lo que necesito para sentirme a salvo. Para recordar que tengo un sitio en el mundo cuando se vaya. Sí, puede que esté siendo un poco dramática pero no lo puedo evitar, mis miedos vuelven cuando me quedo sola sin él. Sus manos acomodan mi cuerpo sobre el suyo otra vez y nos tumba de vuelta a la cama sin dejar de acariciar mi espalda co
Capítulo setenta y ocho. El viaje a Bagdad. — — — — Narra Brad Lancaster — — — — Hoy como siempre solamente puedo pensar en ella. Esta mañana he estado horas haciéndola mía, grabando entre sus curvas las memorias de mi vida con ella. Me desespera tener que dejarla en casa sin mi sabiendo que todavía no está fuerte para estar sola pero no quiero que sepa lo que he venido a hacer. No quiero que se asuste por mi nueva investigación pero no puedo dejar páginas en blanco en nuestra vida, necesito que todo el libro acabe y no espero ni deseo que ella apruebe esto, solo quiero solucionarlo antes de volver a prometerme a mi y a ella que seremos felices pero, no podemos serlo si sigo recibiendo amenazas extrañas. Sé que Amy piensa que todo ha acabado pero está claro que no y no quiero que sufra pero tampoco puedo dejar de solucionar esto. No sé si Arthur tenga que ver pero al menos me reconforta que de la cárcel no podrá salir. —¿Listo, señor? —me pregunta el capitán de vuelo. —¡Vamono
Capítulo setenta y nueve. Una nueva vida viene en camino. — — — — Narra Amy Carlson — — — — Desde que lo conozco no me he imaginado la vida sin él. En todo lo que me planteo siempre está él. En mi presente y mi futuro solo le veo a él pero... siento pavor de que algo rompa ese equilibrio en mi vida. Esta mañana hicimos el amor como dementes y ahora le veo despegando en el cielo para irse al otro lado del mundo a no sé ni qué, y me falla la voz solo de nombrarlo. Ya le echo de menos y casi acaba de irse. —¡Llévame a la oficina! —indico al chófer. Me subo al coche y me mareo por un instante pero tengo que comer algo, con todo lo que pasó no he tenido tiempo de desayunar más allá de un café. Supongo que Brad coma algo en el avión. No sé cuánto tiempo hace desde que pisé el holding de Brad, estoy atormentada con algo y no sé que es. Voy en el coche, con Connor conduciendo y otro coche a mi lado y no puedo parar de preguntarme todo el tiempo lo mismo... ¿Por qué me ha d
Capítulo ochenta. ¿Seremos padres? — — — — Narra Brad Lancaster — — — — —¡¿Raoul...?! —murmuro y me indica que calle. —Aguarde, señor. Es un desastre el aeropuerto. No sabemos quien ha sido el tirador que ha dejado muerto a más de dos hombres que me rodeaban. La seguridad del lugar se hace con el problema y mi gente me indica que nos quedemos en el suelo. Mis hombres se ponen a mi lado y solo dejamos que los demás se encarguen del problema. El avión en medio de la pista está siendo protegido para que no sufra daños o explote por la dinamita y la gente corre de aquí para allá controlado la situación. Pronto nos avisan de que podemos levantarnos, han atrapado al tirador. Las siguientes tres horas las pasamos en la sala de interrogatorios. Preguntas y más preguntas nos asaltan sin parar, mi gente es entrevistada una por una y nos niegan la entrada al país por haber provocado semejante desastre en el aeropuerto, una de sus fronteras. Nos reclaman por haber provocado este desastre
Capítulo ochenta y uno. Nunca dudé.— — — — Narra Amy Carlson — — — ——No me canso de amanecer a tu lado —sonrío cuando siento que pega sus labios a mi espalda desnuda —. Soy adicto a esto, nena. Buenos días.Escondo mi rostro en mi almohada y dejo que sus dedos caminen por la piel desnuda expuesta a él y gimo bajito, tranquila y feliz cuando me busca el lóbulo de la oreja con sus dientes.—¿ Tienes idea de lo mucho que gustas?Me da la vuelta y se acomoda entre mis pechos, en un gesto íntimo más no sexual.—Tambien me fascinas, Brad —confieso y recibo un beso húmedo como premio —. Haces que los amaneceres sean especiales, distintos, sublimes...solo y simplemente algo nuestro. Sobre todo cuando me dices que no estarás y apareces de la nada. Lo haces todo pero,cariño.—Puedo hacer que nuestra vida juntos también lo sea —ronronea besando mi barbilla con dulzura.—Te quiero.—Y me encanta eso —apunta alzando una ceja —, pero más me gusta como te quiero yo a tí. Le abrazo sin pensarlo do
Capítulo ochenta y dos. Tres preciosos bebés— — — — Narra Brad Lancaster — — — —Desde que despertamos todo en lo que puedo pensar es en conocer a nuestro hijo.Dormimos pocas horas después de dejarnos llevar por la pasión, pero a las doce del mediodía me pareció un buen momento para concertar una cita con mi médico de cabecera y que nos recomendara a la mejor gineco - obstetra del país.Y aquí estamos... esperando para ver a nuestro hijo.—¿Estás emocionado? —pregunta Amy tomando mi mano entre las suyas.Dan las dos de la tarde y yo siento que es la mejor hora del mejor día de mi vida. Tenerlo creciendo entre nosotros es una muestra de que la felicidad existe, solo hay que conquistarla, caminar a por ella, confiar en que una vez que la obtengas no la perderás y cuidarlo todo una vez que es tuya.—Ni siquiera sé encontrar la palabra que logre definir mi estado emocional, nena —tomo su mano y dejo unos cuantos besos en sus nudillos —. Eres lo mejor que me ha pasado nunca y todo lo que
Capítulo ochenta y tres. No dejemos que se acabe. — — — — Narra Amy Carlson — — — — Se siente tan raro estar embarazada. Es una mezcla de sensaciones que no reconocí hasta que me confirmaron la noticia y la todavía más sorprendente noticia de que... hay tres bebés dentro de mi, tres personitas que dependen únicamente de mi cuidado hacia mi y hacia ellos mientras estén dentro de mi. Me miro al espejo mientras me seco el pelo y es increíble que desde hace dos días que supe de mi estado, ya tengo una pequeña pancita que antes no tenía. Mis manos se desplazan por ella y sonrío ante la idea de lo que será mi vida dentro de unos meses. Pocos, además. Tengo solo seis semanas y me siento en una nube de felicidad. Lo mejor de todo es saber que Brad lo desea tanto como yo. No sé por qué tuve miedo en su día de decirle y tampoco me molesté cuando supe cómo me descubrió pero al final, a pesar de todo estamos bien. Solo me preocupa que nunca me ha contado lo que pasó en detalle en Bagdad.
Capítulo ochenta y cuatro. No podría seguir existiendo sin ti — — — — Narra Amy Carlson — — — — Ha llegado la noche y no hemos salido de la habitación. No queremos ver a nadie, ni responder preguntas ni entrar en temas que perturben este pequeño espacio de tiempo tranquilo que hemos conseguido entre los dos, luego de mucho batallar. Hemos hablado, de todo lo sucedido y nos hemos confesados cosas de nuestras vidas que no sabíamos del otro. Así como aclarado aquello que sí sabíamos pero se había quedado postergado. Aunque lo que pasó en Bagdad sigue siendo un misterio. Entre Brad y yo hay demasiados sucesos y toda nuestra relación se vive a una velocidad tan intensamente rápida, que a veces parece que han pasado años desde que estamos juntos y no hemos tenido más que un poco de tiempo para conocernos. —Voy a poner a tus pies todo lo que necesites y te haga falta para que te sientas segura —me besa y prosigue—; pero no vuelas a decir que puedes vivir sin mi porque yo sé, que