Capítulo cincuenta y dos. Bajo la piel del monstruo.
— — — — Narra Brad Lancaster — — — —
Las palabras de Arthur retumban en mi cabeza como un eco que no quiere apagarse. No las repito en voz alta. No quiero que cobren más poder del que ya tienen. Pero me persiguen. Me despierto con ellas. Me acuesto con ellas. Y ahora mismo, mientras conduzco sin rumbo fijo después de que Amy saliera a escondidas esta madrugada, no puedo sacármelas de encima.
Amy no está. Y algo en mí dice que no se trata de una escapada por ansiedad. Ella no me lo habría ocultado. No después de todo lo que hemos compartido. La cama estaba fría cuando estiré el brazo y no la encontré. La casa en silencio. El celular sin señales de mensaje. Su bolso… su chaqueta… faltaban. Y entonces lo supe. Tiene que ver con él. Con Arthur.
—Mierda —golpeo el volante con fuerza, acelerando por la autopista desierta. Si le ha hecho algo… si se ha atrevido siquiera a tocarla, no sé qué soy capaz de hacer. Porque ya no puedo seguir ign