"Hay caminos que no se andan por valentía, sino por la necesidad de volver a ser quien fuiste antes de romperte."
El siguiente mensaje llegó:
- ../. /...-/./. - ../-/. -
Me tomó solo un instante descifrarlo:
"De vuelta".
Después del tercer paradero, vendí la moto. Ya no tenía gasolina, y aunque me dolía abandonar algo tan confiable, no tenía otra opción. Caminé. Con cada paso sentía que me alejaba más de cualquier certeza. Finalmente, en una parada olvidada, la pantalla del celular titiló con otro mensaje:
3-15-14-13-9-7-15/1
Y luego uno más:
-. /.../-./.-. - casa
Lo entendí de inmediato: "Ven a buscarme. De vuelta conmigo a casa."
Venía acompañado de una instrucción precisa:
“Si lograste descifrar esto, toma el dinero y los pasajes rumbo a Rumania. Bajo la primera ciudad hallarás una mochila con dinero y una llave. Uno de mis hombres te la entregará al cruzar el río en bote.”
¿Guía o trampa?
Mi pecho se cerraba con cada nueva instrucción. Las palabras eran claras, pero su voz ambigua