20. MI SUEÑO QUE ESTABA EN PROCESO, MURIÓ.
Estaba errado, completamente errado. No hay forma en que una mujer que solo busca poder hubiera reaccionado en la forma en que lo hizo y para colmo, mi estúpido lobo no hace sino reprochármelo. Él siempre quiso marcarla, yo fui el idiota que siempre lo frenó. Llegué a esa conclusión por experiencia y orgullo herido. Pero los resultados de las pruebas eran irrefutables: Lyra tiene la actitud y las aptitudes necesarias para ser una gran Luna.
Mi manada la necesita.
Y lo que es peor... yo también.
Aún no puedo llamar a este amor, pero debo admitir que me gusta. No me atrae, me gusta. La deseo y quiero con cada fibra de mi ser protegerla.
Ahora descansa sobre mi cama, pero hasta hace poco estaba en mi lomo y fue mucho mejor. No fue fácil hacerla subir ahí y volver a la manada. Es débil físicamente, pero fuerte a su manera. Sentir la calidez y suavidad de su cuerpo sobre mi pelaje me hizo adquirir consciencia de esa dualidad en ella. Me recordó que no solo protege quien tiene fuerza, sino