Camille
Aún estoy un poco perpleja por todo lo que acaba de suceder. Si no hubiese sido por la intervención de Leonardo, creo que en este momento estaría gritándole sus verdades a esos dos, pero al estar así tan cerca de él, hace que me sienta un poco más segura.
Comienza la subasta y el último artículo en aparecer es mi vestido. En cuanto las personas lo ven la sala, esta se llena con murmullos de admiración.
Para mí, desagrado Iker está entre los que desean hacerse con ese vestido, algo que deseo fervientemente que no suceda. No quiero que lo consiga para que esa mujer con la que me engañó lo use en su boda, porque aunque lo niegue, me duele en el alma saber que con ella sí desee una boda.
Al cabo de varios minutos solo quedan dos posibles compradores, Iker y el señor Quiroz, quien espero que lo consiga y que Iker se quede con un palmo de narices.
Leonardo
Puedo ver la cara de Camille cada vez que su ex ofrece una cantidad más alta que su contrincante. Al final, cuando él ofrece €4