A la mañana siguiente, me levanté de la cama yo sola. Me di un baño y mientras secaba mi cabello Dan entró.
—Me alegra mucho verte de pie nena, te ves mejor.
—Gracias cariño. Te prometí que mejoraría y eso haré —besó mi hombro y se metió a la ducha. Marzo estaba comenzando y los días de frío intenso quedaban atrás. Busqué un vestido gris ajustado con botones en todo el frente y tenía una especie de remera abajo en negro, me puse los zapatos de tacón negros. Me maquillé suave y dejé mi cabello suelto. Se sentía raro volver a vestirme como alguien normal. Tomé mi bolso y una chaqueta y fui a la cocina.
—Buenos días cielo —me saludó cariñosamente Marga cuando entré.
—Buenos días Marga.
—Es bueno tenerla de vuelta.
—Gracias.