65. Son para mí
Me quedo sin aire por un momento y después me veo obligada separar los labios para tomar la mayor cantidad de oxígeno que me sea posible, aún con la cara ardiente me esfuerzo por negar lo que claramente es verdad.
— Eso no es verdad...
La luz de la luna es lo suficientemente intensa para lograr apreciar como se levanta una ceja de su atractivo rostro y se acerca a la barra donde estoy, con cada paso se me aceleran los latidos, se para al lado de la barra y deja ahí la botella, no voltea a verme.
— Bueno, en ese caso te recomendaría que te marcharas a dormir a tu habitación, si no, terminaré lo que comencé en este lugar aquella noche...
Se me seca la boca, mi cuerpo está descontrolado y me pide a gritos lanzarme a sus brazos y dejarlo hacerme lo que quiera, el orgullo me gana por un momento y me doy la vuelta para alejarme, pero la poca valentía cortesía del alcohol que tomé esta noche me grita que no me resista, quiero esto tanto como sé que él lo quiere, esta vez no está ebrio, es