46. Sensaciones extrañas
Renata.
Me duele todo el cuerpo, producto de la caída en las escaleras, pero todo el dolor pasa a segundo plano solo de pensar en lo que acabo de hacer hace poco... por todos los cielos, me cuelgue del cuello de Stefan, lo abracé y tuve el atrevimiento de tomarle su rostro y jalarlo a mí, no puedo verlo a la cara, la vergüenza que siento empaña el dolor.
— Creo que deberíamos entrar a casa, vamos para que comas algo y de ahí a la cama.
— Te agradezco, pero me iré a cama y...
— A comer algo dije.
Me quedo firme, su voz deja en claro que no está dispuesto a negociaciones es una orden, me regala una ligera sonrisa y toma mi mano para llevarme de vuelta al interior de la casa, me quedo en blanco, la imagen suya sonriéndome se queda plasmada en mi mente y no puedo apartar mis ojos de nuestras manos unidas mientras caminamos de vuelta a la casa. Apenas damos un par de pasos al interior y la voz de Alessandro llega a mis oídos.
— Renata... ¿Estás bien? - Alessandro se acerca casi corrie