45. Infiltrado
Stefan.
En lugar de sangre siento que es lava líquida y ardiente la que corre por mis venas, tengo el impulso de ir a por ese hombre y matarlo con mis propias manos, pero mi cuerpo no responde, es incapaz de moverse un centímetro lejos de Renata quién está recomponiéndose poco a poco.
Alessandro está parado frente a ese hombre, apuntándole con el arma en la cabeza su cuerpo es el único obstáculo para llegar al maldito celular que trataba de llegar con desesperación.
— Alessandro, llévalo al sótano, átalo y revisa ese celular. - el hombre se gira para quedar sentado en el suelo y me observa sonriente, todo lo contrario, a mí que lo fulminó con la mirada.
— Desde que llegué aquí estaban rastreando la ubicación, solo no alcancé a avisarle que esa perra está aquí con vida.
— No me importa que Armando conozca mi ubicación, no me estoy escondiendo de él, es más lo reto a que tan siquiera asome la cabeza por el perímetro, y con respecto a ella, el secreto muere contigo, no saldrás de aquí