El eco de un departamento vacío ensordeció los sentidos de Caleb, la ilusión parecía ser tirada al suelo sin valor y echada al olvido. Con las tazas aun sobre el lavatrastos, los trapos sucios regados como recuerdos al aire. Todo en ese departamento llevaba la esencia de Rous: ¡Desorden!
Imaginó que podría estar aun durmiendo como acostumbraba, Rous. Para su sorpresa no era así y la cama se encontraba revuelta como campo de batalla y las ventanas cerradas que apenas dejaban entrar los rayos de luz y el aire para ventilar aquella pequeña habitación matrimonial.
Sin mencionar media palabra más, Caleb depositó en la habitación que ahora le pertenecía solo a Rous, los regalos y el pequeño moisés que compro para su bebe. ¡Para el fruto de su amor!
Caleb decidió salir al trabajo nuevamente, sabia que esa tarde no fue lo que esperaba y el dinero es mas que necesario para ellos y mas aun sabiendo que en camino venia el fruto de su semilla inseminada en quien era el amor de su vida.
El departa