Sin previo aviso, Julius toma mi rostro entre sus manos con cierta ternura, me mira con firmeza y niega.—¡Jamás!—me asegura sin apartar la mirada de mí. El calor de sus labios roza los míos, es como un aroma embriagante que me invita a probarlo, pero un leve sonido me obliga regresar a la realidad. Parece el sonido de una puerta al ser cerrada.Me aparto ligeramente de Julius y trato de observar mi entorno, no hay nadie, al menos no aquí, sino que más bien parece provenir de un pasillo, que no dudo lleve a alguna otra parte de la iglesia, quizás las oficinas.—¿Que fue eso?—me atrevo a preguntarle a Julius, a diferencia de mí, él no parece estar nervioso. ¿Acaso vino con alguien más?—Es el sacerdote—asegura, pero no me parece normal, él no suele estar aquí tan tarde, de hecho nadie.—¿Por qué esta aquí?—insisto. Lo único que puedo pensar, es que tal vez pidió que abriera la iglesia para nosotros, para que pudiéramos hablar sin que nadie nos interrumpiera y claro, sin ponernos en pel
Cuando Julius se aleja de mí, me parece que he probado una extraña droga que me causa cierta felicidad y al mismo tiempo demasiado miedo. Aún siento una inusual suavidad en mis labios, es una curiosa sensación que me gustaría volver a sentir, pero antes siquiera de poder moverme, el padre interrumpe mis pensamientos.—Deben irse de aquí—nos sugiere con cierta voz grave, sabe lo que ha hecho. Sabe que por lo que acabamos de hacer los tres podríamos morir.—Por supuesto— responde Julius sin apartar la mano de la mia—le agradezco mucho lo que hizo por nosotros.Julius comienza a avanzar hacia la salida, al igual que el sacerdote, él también esta bastante nervioso, a pesar de que minutos atrás, más bien inspiraba confianza. Luego de abrir la puerta de madera del recinto, primero se asegura de que el atrio sea seguro y gracias al cielo todo para en calma. Incluso logro escuchar el canto de alguna aves nocturnas que supongo rondan la zona por comida.—Sígueme—expresa indicándome silencio co
Mientras camino por las calles vacias de Verona, percibo algo que ata mi dedo, asi que lo levanto y al observarlo con detenimiento, veo el anillo, aquel simbolo que Julius me dio como muestra de nuestro enlace matrimonial.Mis mejillas se ruborizan y por alguna extraña razon, siento verguenza por la situacion y me pregunto si realmente abre tomado la desicion correcta. Todo parece un sueño, no solo por la muerte de Vittoria, sino tambien por haberme casado con Julius de forma tan apresurada, sin pensar mas en las consecuencias que esto tendra si alguien se entera. ¿De verdad el cumplira su promesa?Cuando finalmente cruzo al territorio de los Montteci me siento un poco mas segura, pero en cierto momento estando tan concentrada en mis pensamientos auto inflingidos, escucho el motor de un auto aproximarse. Sabiendo que los empleados de mi padre podian estar vigilando la zona por precaucion, por instinto me detengo e incluso me giro para saber quienes son, aunque por supuesto tengo que t
“... En la hermosa Verona, donde aconteció una tragedia, dos familias rivales igualmente poderosas habían derramado, por sus odios mutuos, mucha inculpada sangre...” —¡Romy!—escucho una voz familiar. Al bajar del auto una figura femenina se aproxima a mi mientras mantiene una sonrisa en sus labios rosados.—¿Vittoria?—manifiesto incrédula. La ultima vez que la vi fue hace mas de un año durante el verano cuando coincidimos en la arena de Verona.Me abraza envolviendo sus delgados brazos en mi cuerpo, cierro los ojos un instante y hago lo mismo. Percibo el aroma de su perfume, tiene un ligero aroma a lavanda, lo cual me sorprende, después de tantos años sigue usando el mismo perfume.—¿Como supiste que volvería?—me animo a preguntar una vez que nos separamos, la miro de arriba abajo para averiguar que cambios ha sufrido y de los que no me he enterado.Su cabello rubio que antes le había negado el privilegio de crecer, hoy lo tiene bastante largo, podría jurar que casi a media espalda.
—Romy—pronuncia Vittoria con calma— me gustaría decirte mi opinión si no te molesta respecto a esta disputa, la cual ya ni siquiera se sabe porque comenzó.Encorvo los labios no muy convencida de ello, pero al final asiento.—¿Alguna vez has conocido a un Carusso?Niego con la cabeza y me cruzo de brazos.—Eso seria lo ultimo que pensaría hacer en esta vida—le recuerdo, aunque no son precisamente mis palabras, sino las que mi padre me advertía al ser adolescente.—Hace un año conocí a uno de ellos—revela con una tranquilidad que me asusta.—¿Que?—digo sorprendida y miro hacia ambos lados de la habitación, esperando que nadie la hubiese escuchado—¿Acaso estas loca?—Por favor Romy, tarde o temprano tendría que pasar—expresa y vuelve a comer un bocado de pastel, pero esta vez un fragmento bastante pequeño.—¿Como lo conociste?—cuestiono un tanto curiosa y al mismo tiempo impactada.—En la arena de Verona—admite con una sonrisa—aunque debo admitir que no sabia que era un Carusso cuando l
Conforme me acerco el lugar se va llenado de gente, tanto propios como extraños que en vez de interceder para impedir la pelea, esperan a ver que sucede.Me detengo al no encontrar un camino despejado hacia los hombres que parecen desearse la muerte con la mirada y de tener tan solo una provocación, están dispuestos a arrancarse la piel de ser necesario.Por como visten, supongo que no son mas que empleados de la casa Carusso, pero no se necesitan mas que una pelea como esta para desatar el infierno en Verona.—¿Que esperas, pezzo di merda?—escupio un Carusso. El nieto de Greta esta a punto de darle un puñetazo en la cara, pero el otro chico que lo acompaña y lo detiene.—Pagherai per questo—el hijo del jardinero se mira la camisa, la cual tiene exactamente una mancha de gelato amarillo, quizas de mango.—Como si ese pedazo de tela vieja fuese a valer algo—se burlo el Carusso.Encorvo el ceño recordando las palabras de Vittoria, realmente pelean por cosas tan triviales como una mancha
Vittoria me deja en casa y yo subo a mi habitación para intentar descansar y comprender que es lo que esta pasando en la ciudad. Me parece que Alessandro se preocupo por verme sola en la plaza. No me atreví a pedirle una explicación a Vittoria porque no creo que sepa explicarme de forma seria como la situación lo amerita, esta mas emocionada porque yo conozca a ese tal Julius.Esa noche ceno unicamente con Nonna, me prepara su famoso Carpaccio y despues de varios platos de comida quedo bastante satisfecha.—¿Mi padre aun no ha regresado?—cuestiono observando lo vacia y silenciosa que se ve la casa.—Me parece que hubo problemas con el almacenaje de una de las bodegas—menciona con voz ronca y al saber eso me dan ganas de preguntar si con producto se refiere a droga o armas, hace mucho que no sé a que se dedica mi padre, lo unico que sé es que gana bastante dinero como para sobornar a la policia y al gobierno, cosa que tambien se disputa la familia Carusso.—Supongo que no vendra a cena
—Claro—dice mi padre, pero noto en su tono de voz un poco de nerviosismo—solo no te demores ni te quedes por ahi paseando en las calles, he escuchado que ha aumentado los incidentes con carteristas.—Asi lo hare, papa—digo para no preocuparlo. Me termino el pan y el cafe que me servi y finalmente me levanto de mi sitio.—¿Ya te vas?—pregunta la nonna, por como me mira supongo que le preocupa que ande sola por las calles. No me expondria a salir si ellos fueran sinceros conmigo, pero ya que gustan de guardar secretos en esta casa, prefiero ir a averiguar por mi misma que sucede.—Si, no tardare solo ire por el encargo de Vittoria y vuelvo, tengo que prepararme para salir en la noche—admito, aunque un segundo mas tarde me arrepiento de revelarselo ahora mismo.—¡Santa Madonna!—pronuncia la nonna angustiada, ahora ya sin poder ocultar su sentir. Encorvo el ceño y trato fingir una expresión desconcertada.—¿Hay algun problema en que salga de noche?—trago saliva, nunca antes mi padre me pr