Sus cejas estaban fruncidas y juntas, con la boca entre abierta. Al final no se atrevió a hablar; así que se volteó y se marchó. Teo no perdió el tiempo y lo siguió enseguida. Edgar, vigiló las gradas, haciendo un gesto con la cabeza para que pasara. Oliver, pasó de largo. Bajó la entrada y miró hacia arriba. Teo se quedó parado arriba hasta que oyó a Oliver decir - no te puede ver - bajó - vete rápido - dijo sin bajar la cabeza.
Teo se acercó y antes de marcharse pudo una mano en su hombro - gracias.
Sin embargo, él no le dedicó ni una mirada - vete ya.
Bajó la mano - estaré en el instituto - dijo mientras caminaba.
Corrió, atrave