La madera rechinó al friccionar contra el cristal. El corcho dio vueltas hasta llegar a la cima y ser jalado, saliendo con una ligera explosión. Otro mesero se acercó, entregándole una copa. El joven la tomó, sirvió una pequeña cantidad de líquido y se la dio a Oliver quien era el más cercano.
Oliver la tomó y probó un sorbo. Se quedó pensando, haciendo como si mascaba el líquido. Luego, asintió - Está bien - le acercó la copa al mesero para que le echara más.
El otro mesero le dio otra. El líquido morado llegó hasta la mitad del cristal. Lo pasó a Edgar. Después, dio un paso para acercarse a Teo. El olor dulce llegó a su nariz. Sostuvo la copa ligeramente inclinada. Cuando el vino se deslizó, formó una