Sufrió arcadas hasta que nada más salió. Tenía la respiración agitada. Las cosas ante él empezaban a adquirir color. Selló sus labios, tragando los residuos en su boca. Su pecho subía y bajaba, cada vez más lento. A lo lejos, vio la calle despejarse. Las últimas personas entraron. Intentó pararse recto; pero sólo deslizó un centímetro la mano de la pared cuando sintió que todo volvía a moverse. Se quedó quieto.
De pronto, una mano pesada golpeó su espalda. Asustado, abrió los ojos; a la vez que la última gota de color se desvaneció de su cara. Giró el cuello para encontrarse con un hombre alto, dedicándole una sonrisa torcida; sin embargo, no tuvo claro si era una burla o una mueca de desagrado ya que su conciencia no funcionaba bien en ese momento - ¿has vuelto a enfermar?.
Teo desvió la vista de Ethan, bajando la cabeza. La preocupación disminuyó; pero aumentó el desprecio hacia esa persona -