-¡Teo! - se giró al sonido - Ten cuidado en el camino, ya ves lo que te ha pasado.
Asintió, antes de partir. No se preocupó mucho, ya que tenía una carta para defenderse; aunque caminó con nerviosismo. De alguna manera el ambiente había cambiado. Sentía una atmósfera pesada como si el cielo quisiera aplastarlo. Cuando se acercó a la oficina, vio a Marcelo salir lentamente, sosteniendo el bastón, yendo al lado opuesto de donde Teo llegaba. Seguido de él, iba Ethan. Con su porte recto y aura imponente. Sus ojos se conectaron por un momento antes de que Ethan se desviara.
Un fuerte presentimiento lo golpeó. Su confianza se desvaneció a la mitad; pero aún tuvo el valor para entrar erguido al patio. Cruzó el área solitaria hasta pararse frente a la entrada.