-casi fuiste visto por tu padre en ese estado - la voz profunda cortó el silencio - después de que él y Marcelo se fueran, te traje aquí para que no te vieran todas las personas que comenzaban a salir del instituto.
Teo ladeó levemente la cabeza - ¿mi padre no me vio? - quiso asegurarse.
-¿por qué te preocupa eso?.
Teo abrió la boca, dejando salir el aire; mientras recomponía el cuello - por nada - dijo torciendo un lado del labio hacia arriba. Retrajo las piernas y se impulsó; sin embargo, una mano en su brazo impidió que se parara.
-puede que no quieras decirlo, pero esto tiene que saberlo - escuchó - estas enfermo, ¿no es