Las ventanas del segundo nivel estaban vacías. El patio sólo lo ocupaba el carruaje. Cubierto únicamente con tierra. Teo recorrió la vista por toda el área. La bodega terminaba antes de llegar a la pared de la puerta. Desde ahí, empezaba el angosto pasillo que dirigía a la biblioteca o al menos eso supuso. Sin embargo, el caminó era tan estrecho que Teo no logró ver nada por más que estirara el cuello y se pusiera de puntillas.
Con precaución, miraba hacia las personas dentro antes de estirarse un poco más. Sin embargo, dos de ellos se dirigieron adentro; mientras que Marcos cruzó los brazos y se quedó vigilando. Teo dio un paso atrás antes de ser visto. Resignado, regresó con el propósito de formar un plan. Rodeó la construcción; de tal manera que llegó por el lado contrario. Entr