-¿Confiar en ti? - fue Oliver quien se animó a hablar. Sentado en el suelo; en tanto observaba la interacción con una ceja elevada - perdiste incluso a Marcelo que estaba ante tus narices - soltó un bufido - y ahora quieres que confiemos en ti - esa vez, Edgar no lo reprendió; puesto que estaba de acuerdo con sus palabras.
Los puños de Ethan se apretaron, ladeó la cabeza; pero no le respondió. En cambio, regresó la atención a Teo. De pronto, pasos pesados se escucharon bajando de las escaleras cercanas a la puerta. Otro hombre bajó. Vestido de la misma manera que Ethan, su cuerpo grande forrado de un uniforme negro, portando un par de gruesas botas.
-Debo irme - le echó un último vistazo - espérame aquí. Mantente seguro.