Terry y Nero no esperaron señal alguna, y se pusieron a trabajar con precisión y rapidez, conscientes de la urgencia de la situación, mientras Malakai, quedaba en shock por solo ver el rostro ensangrentado de Natalie, algo en su interior lo paralizo, pero no a los jóvenes amigos de la castaña, quienes con cuidado, sacaron una tabla de una de las camionetas estacionadas y la colocaron suavemente sobre el suelo pavimentado, los movimientos de ambos eran sincronizados, casi como si hubieran ensayado este procedimiento mil veces antes, sin embargo, esta vez la presión era distinta; su amiga, Natalie, seguía inconsciente, su rostro pálido era un reflejo inquietante de su fragilidad en ese momento y con delicadeza, depositaron su cuerpo sobre la tabla, asegurándose de que estuviera bien posicionada, ignorando los gruñidos del lobo que tras ellos respiraba y observaba cada cosa que hacían, pero Magnus no tenía queja alguna, ni su lobo, porque cada movimiento estaba cargado de respeto y preoc