Capítulo 83 — El último vals de Londres

La temporada londinense llegaba a su fin. El último baile del calendario social era siempre el más esperado, el más comentado y, para muchos, la última oportunidad de asegurar alianzas, compromisos o reputaciones antes de que la ciudad quedara nuevamente envuelta en un silencio profundo.

Para Amanda, aquello significaba una misión especial: dejar impecable a la señorita Herbert.

— Levanta un poco el mentón… así… perfecto —murmuró mientras ajustaba la caída del vestido.

Virginia estaba de pie en su habitación, observándose en el espejo mientras Amanda rodeaba su figura, revisando pliegues, adornos y detalles con la concentración de una artista.

El vestido era, sin duda, una obra maestra. De un blanco puro, casi etéreo, con bordados discretos en plata y diminutas piedras que capturaban la luz, parecía hecho de hielo cristalizado. Inspirado en el invierno, según Amanda, representaba a la perfección la estación que venía por delante.

— Te ves precio