Izel
En el momento que caí en razón ya era tarde, Casiel aterrizó en la terrazada de su apartamento. Sus ojos seguían rojos y su agarre en mi cuerpo era firme.
–Bájame– pedí, solo logré que me apreté más contra él– bájame, Cain– pronunciar su nombre me hizo sentir escalofríos y mini espasmos en mi cuerpo cuando me miro.
–No– trate de moverme pero no logré nada, solo me rendí y dejé que él me guiará. Tenía un poco de terror al sentirlo tan enojado, tan aislado.
Entramos a su apartamento y este finalmente me soltó yendo por una copa de whisky. Me quedé quieta mirándolo por un momento, parece que me estaba ignorando. Me di la vuelta para ir hacia la puerta pero en un segundo lo tenía detrás de mi prohibiendome todo movimiento.
–Si querías llamar mi atención solo tenías que decir mi nombre, no poner sus deliciosos labios sobre ese jodido kayko– susurro en mi oído, ¿Es normal sentirme excitada? Porque escucharlo así despierta un sentimiento irracional de querer que me tomé– puedo oler