Ollie

No entendía qué pasaba con Riley. Desde el momento en que lo vi al entrar a nuestro salón esa mañana, parecía una persona completamente diferente, hasta el punto de que ni siquiera correspondió al abrazo que le di. El niño que compartió historias y se rio conmigo durante la pijamada, que parecía tan emocionado de finalmente tener un amigo y ansioso por aprender, había desaparecido.

En su lugar, había alguien frío y distante, alguien que me miraba como si fuera un extraño o peor, como si fuera su enemigo.

Intenté hacer todo lo que se me ocurrió para reconectar con él. Quizá había hecho algo mal durante la pijamada y quería compensarlo.

Cuando la señora Henderson nos pidió que hiciéramos parejas para nuestra actividad matutina de matemáticas, literalmente salté de mi asiento para asegurar tener el lugar junto a Riley.

Pero él solo miraba al frente, con el rostro inexpresivo, pretendiendo que yo era invisible y, cuando intenté conversar sobre los problemas que teníamos que resolver,