Lumina

La habitación empezó a girar a mi alrededor mientras veía a Silvia conducir a Sophia y Riley por el penthouse como si fueran las mejores amigas.

El sonido de sus constantes elogios hacia Riley, a la par de la forma en que tocaba el brazo de Sophia con familiaridad, mostrando amor y aceptación, todo aquello que nunca me había dado en seis años de matrimonio con su hijo, provocó que mi pecho comenzara a apretarse, cada respiración se hacía más difícil a medida que la realidad de la situación se imponía.

No era solo una invitación sorpresa, era una humillación deliberada, planeada por Silvia, quería mostrarme exactamente cuál era mi lugar en esa familia. Y aparentemente, era el más bajo.

Las voces a mi alrededor se volvieron opacas, lejanas, como si las escuchara bajo el agua, mientras comenzaba a balancearme de un lado a otro. Mi visión se nubló y sentí una familiar sensación de pánico subir por mi garganta.

Necesitaba aire, necesitaba espacio, necesitaba alejarme del sonido de la