Priscila se removió ligeramente una vez que su conciencia volvió. Algo la tenía férreamente sujeta sin darle libertad de movimiento. A pesar de haber frío, también había calor, uno cálido y acogedor que la hacía sentir protegida…querida.
Abrió los ojos de golpe.
¿Sentirse?
¿Protegida, querida?
Eso era…extraño.
Los recuerdos de los últimos acontecimientos la asaltaron y cerró los ojos con fuerza ante la pulsada que azotó su cabeza. El beso de Litus, el dolor en su pecho, cuando cayó sobre Layan y después todo se volvió borroso. Hizo un soni