-No Layan, dije que no.
La voz que se escuchaba acercándose al castillo del alfa llamó la atención de todos.
-Sí, preciosa, sí. Ya esperé mucho y ya que no quieres cooperar pues es hora de imponente como tu pareja, aunque sea una vez- y la voz de Layan acompañaba la impresión.
Algunos guardias se corrieron para ver a su alfa caminar hacia la entrada con una loba cargada sobre su hombro que se removía molesta. Y ese cabello negro con un brillo inigualable y esa forma de hablarle a su alfa, solo había alguien que podía hacerlo. Y la boca de muchos de ellos se abrió de impresión al reconocerla.
Victore que bajaba la escalera centrar del castillo hacia el lobby, con Kei a su lado se quedaron quietos en el último escalón al ver a su alfa entrar.
-¿Alfa?- Victore miró del rostro de él al… trasero de ¿Priscila?- ¿Es la princesa?
Layan apretó el cuerpo de Priscila cubierto apenas contra él y le dio una nalgada para que no se removiera tanto.
-Layan, maldito, déjame saludar al menos- ella prot