Divertido.
Había dicho divertido.
Layan se sentó en el borde del sofá rápidamente y la giró para levantarla por los hombros para que quedara sentada frente a él. Cuidó de no lastimar aún más las heridas en sus brazos con su agarre.
-Priscila acaso tus emociones están volviendo-
La loba estaba algo aturdida por lo que dejó caer su cabeza sobre el hombro de Layan. La sonrisa en sus labios no desaparecía.
-¿Emociones? No sé a qué te refieres- restregó la cabeza en él aspirando su olor- Estoy cansada, déjame dormir un poco. Mi cuerpo fue molido por tu beta, s&eacu