Sigo a mi padre hasta su estudio, por suerte el señor Rothschild era conocido de Hanny y los podía dejar solos, aunque no me fiaba de su hija, la chica se ve que es algo intensa, pero no sacaba nada con negarme a ir con mi padre y ver a Hanny y al señor ROthschild sonriendo me sacaba un peso de encima ¿no? Pues por lo que vi en este corto intercambio de palabras, ambos se conocen muy bien y se nota que se tienen afecto. Así que los dejo en su conversación y me hago de ánimos para escuchar lo que quiera decirme mi padre.
Entro con él a su estudio y después de cerrar la puerta me dirijo a la silla que está frente a su escritorio, trato de determinar qué piensa, pero con este viejo zorro es difícil de hacerlo, suspiro cansado y él me hace un ademán para que me siente, cosa que comienzo a hacer, pero me quedo de una pieza cuando lo escucho hablar.
—Eres más inteligente de lo que pensaba ¿Cuándo me ibas a contar que enamoraste a la hija del medicucho ese que te salvó? ¿Conoces de las conex