Una noche en vela

Una garrapata humana estaba sobre mí, pegada tan férreamente a mi cuerpo que cierta parte de este estaba comenzando a doler de nuevo, anoche la dejé descansando preocupado por la fiebre que la mantuvo hablando incoherencias y no me he podido despegar de ella.

Flashback

—Estás desvariando, Hanny, capaz y tengas fiebre ¿Cómo se te ocurrió seguir a ese viejo hasta el invernadero? —le reclamo molesto, ya la había notado en la habitación de Daniel, cuando empezó a toser y estornudar, pero me quedé dormido y no supe cuándo salió con mi padre.

—Él quería hablar conmigo.

—¿Y qué te dijo? —estoy tan molesto con ella, pero su cuerpo temblando me preocupa más que ponerme a regañarla.

—Nimiedades, creo que lo que te debe repetir todos los días cuando te habla—me dice moviendo sus manos sobre mi cuello, lo que me provoca un tenso cosquilleo. Continuo hablando para que no se duerma hasta que llegamos a mi habitación y la molesto con ese apodo que le tienen sus amigos, se ve tan dulce cuando se enoja.

—No me puedes decir así—me gruñe molesta para quedarse completamente dormida en mi regazo.

—Hanny, oh Hanny.

—Hijo ¿Qué le pasó a Hanny?

Era mi madre que entra en mi habitación con voz preocupada, mientras coloco a mi hermosa novia falsa en mi cama.

—Tiene fiebre, y ha tosido mucho, creo que se resfrió.

—Hablaré con tu padre y Rothschild para suspender la cena ¡Ah! También aprovecharé de llamar al doctor Collins y pedirle a Nuria que haga un buen caldo de pollo. Aprovecha de humedecer una toalla para bajar la temperatura, mientras hago todo eso.

—Gracias mamá.

Cuando ella sale, hago lo que ella me ha ordenado y mientras voy hacia el baño la escucho murmurar.

—Maldito señor pesadilla, me robaste mi primer beso. Juro que me las vas a pagar, te voy a matar.

Esto era una broma ¿no? Hannah es una mujer hermosa y debe haber tenido más de algún novio por ahí. No, debe ser su desvarío el que la hace hablar así.

—Estas loca, pequeña niña mimada— le digo en un susurro, mientras paso la toalla humedecida por su frente y mejillas, estoy por pasarla por su cuello cuando mi madre llega con la sopa de pollo y el doctor Collins. Me levanto de la cama y dejo que este la examine, mientras ella me comenta la cara de desagrado de mi padre y de la tal Caroline, pero la comprensión del señor Rothschild, un escollo menos en contra de las intenciones de mi padre.

Suspiro tranquilo al saber que es solo un resfrío, eso porque fui demasiado meticuloso al preguntarle si esto puede afectar a su salud, debido a su trasplante, él me pide ver sus medicamentos y debo meterme en su bolso que parece la mochila de Dora la exploradora, niego con mi cabeza al ver tantas cosas y tomo los dos frascos de pastillas que encuentro, se las entrego al doctor y él me tranquiliza diciéndome que los medicamentos no serán contraproducentes con lo que le dejará para su resfrío. Su enfermera trae un atril extraño y el doctor me explica que en él colocará suero y la medicación para que surta efecto más rápido.

Una vez que terminan el procedimiento se retiran y mi madre me conmina a tomarme la mentada sopa y que aprovechará de prepararme una buena taza de café, pues sabe que tendré una larga noche, me pregunta si quiero que ella se quede y yo nievo vehementemente, no quería que se enterara de algo vergonzoso, sobre todo porque esa niña seguía murmurando cosas.

Me siento nuevamente junto a ella y me quedo como un tonto mirándola, detallo cada parte de su rostro, su nariz perfecta, sus pómulos sonrosados por la fiebre, sus labios en forma de corazón que ya he probado y me encantaría besar de nuevo cuando escucho el sonido de un teléfono que no es el mío, frunzo el ceño y comienzo a buscar, hasta que noto la inconfundible lucecita del aparato que se trasluce por la manta que cubre a mi niña mimada. Con sumo cuidado levanto la manta y lo saco del bolsillo de su vestido y frunzo el ceño al ver la pantalla.

—Cam—mascullo entre dientes, el teléfono se detiene y suspiro, pero no puedo cantar victoria porque el maldito pendejo vuelve a llamar.

Respiro profundo y me obligo a contestarle a ese incordio.

—Hola.

—¿Hanny?

—Scott.

—¿Quién eres y por qué tienes el teléfono de Hanny? ¿Le pasó algo? ¿y por qué sabes mi apellido?

Cuenta hasta diez mil Henderson, me grita mi conciencia ¿Cuándo se iba a quedar callado para poder responderle?

—Si no te callas, juro que te cortaré el teléfono.

—¡No! ni se te ocurra cortarme, ya esa que se supone que es mi amiga y hermana.

—¿Me dejarás hablar?

—Claro, ahora respóndeme.

—Ah… Está bien, Hanny se quedó dormida.

—¿Qué le hiciste? — señor, dame paciencia…

—Nada, estamos en mi casa y ella está un poco resfriada, subió la fiebre y la acaba de ver el doctor.

—¿Quién m****a eres y por qué está en tu casa? ¿eres tú su misión? Nadie me dijo que Hanny estuviera en una. ¡Voy a matar a Agustín!

—¿Agustín? ¿Misión? ¿De qué putas hablas?

—Creo que no nos estamos entendiendo, parte de nuevo por quién eres porque te juro que si no me lo dices tomo el primer avión para matarte.

—Ya va, niñito. Soy Benedict Henderson, el jefe de Hanny…

Respiro por enésima vez tratando de mantener la poca paciencia que me queda y le explico a groso modo lo que estamos haciendo con Hannah en mi casa, sé que si no le cuento la verdad puede ser perjudicial para ella y no quiero que alguien de su familia aparezca por estos lados, ya suficiente tengo con haber soportado la conversación con mi padre y la loca de Caroline para soportar a alguno de los Scott aquí o peor aún, a su padre.

—O sea que te está ayudando, haciéndose pasar por tu novia— es una afirmación más que una pregunta, pero su silencio posterior me incomoda— ¿Estás seguro de que no hay nada entre ustedes dos?

—Y si fuera así ¿Cuál es tu problema? Ambos somos adultos y…

—Veo que no conoces a Brunito, pobrecito de ti. En fin, lo que me interesa es saber si ella está bien, por lo que alcancé a ver antes que esa inconsiderada me cortara la video llamada, te ves más viejito que nosotros.

—¿Perdón? — ¿Me está tratando de viejo?

—Perdonado, pero como te digo, necesito que la cuides y que ni se te ocurra propasarte con ella porque estoy a nada de llegar al país y si ella me dice que tú…

—Ya lo entendí, mocoso y no, no tengo esas intenciones con ella, es mi… amiga y no la voy a irrespetar ¿contento?

—Tranquilo, contento jamás. El hombre que sea pareja de Hanny no solo tendrá que pasar por mi filtro de calidad, sino que por toda la familia y si ya partiste mal con ella estoy casi seguro de que ya perdiste como en la guerra.

—Gracias por el apoyo.

—No lo tienes de mi parte, porque mi amiga me escondió esto que está haciendo contigo y eso me molesta mucho—pendejo celoso—, pero ya verá esa inconsiderada, le haré pagar su afrenta.

—Deja de ser tan dramático.

—Necesito verla—y de la nada la llamada cambia video y tengo que aceptarla de mala gana, coloco la cámara frente a Hannah y dejo que su amigo la vea—. Aww mi preciosita, se ve tan linda, si hasta se parece a la bella durmiente.

Reviro los ojos y vuelvo la pantalla hacia mí, ya era suficiente ¿no?

—¿Conforme?

—No, pero aprecio que la estés cuidando y ya sabes, pobre de ti si…

—Suficiente, buenas noches, Cameron.

—¡Hey, no me cortes!

Obvio que le corté, ya no quería seguir hablando con él sobre la supuesta misión que le había comentado Hannah. Dejé su teléfono en la mesita de noche y volví a preocuparme por ella, cada cierto rato volvía a limpiar su frente sudosa y escuchaba sus balbuceos.

—Veo que las estás pasando mejor en tus sueños, mi niña mimada. Tu amigo me sacó hasta el alma con tantas preguntas, se nota que te quiere y te admira. Algo que también me está pasando a mí.

Fin fel flashback...

Después de esa conversación con ese pendejo no había dormido ni m****a en casi toda la noche pero era en parte mi culpa, había descuidado a Hanny y al final, se resfrió. Lo peor de todo es que no sé en qué momento me acosté a su lado y me dormí.

Lo que no me esperaba era lo que pasaría a la mañana siguiente.

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