Agitada, Nina se subió al taxi sin explicarle a Mauricio lo que había sucedido
- Nina ¿Qué sucede? – preguntó luego de indicarle la dirección al chofer, con la respiración agitada
Había corrido tras de ella, sin soltar la mano que Nina le extendió
- Mauricio, conocí gente loca – su pecho subía y bajaba mientras se dejaba caer contra el respaldar del asiento – muy loca
- No lo dudo, para hacerte correr a ti, debe ser algo serio
- ¡Hey! ¿Qué quieres decir? Soy buena corriendo
- No corres nunca – rio
Nina manoteó el café que Mauricio sostenía
- Ese era el mío – se quejó él
- Te compraré otro cuando lleguemos al departamento – le dijo, tomando el contenido del café
Estaba agotada.
Quizás… solo quizás… debía hacer algo de ejercicio cada tanto.
- ¿Cómo piensas pagarlo? – Mauricio le preguntó, divertido
- ¡Tengo más dinero que tú!
- ¿Y a dónde están tus cosas?
Nina tanteó sobre su cuerpo y recordó que traía un vestido sin bolsillos, buscó su bolso de mano, pero no estaba por ningún lado.
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