A unos metros por encima de los hombres, Nina, que dormía como si la noche fuera suya, aunque ya fuera un nuevo día, arrugó la frente cuando el doctor presionó su abdomen
Pero nada más
No se movió, no se quejó dormida ni mucho menos se despertó sin importar cuánto la revisaran
Pasó una hora… dos…
Y ella dormía… Y Dante y Salvador se miraban en silencio, enfrentándose con las miradas
- ¿Puedo ver a mi esposa?
- Duerme
- ¿A qué hora despierta?
- Es difícil saberlo… anoche… fue una larga noche, estará cansada
- ¿Qué pasó anoche?
- Bebimos un poco
- ¿Por qué?
- ¿Desde cuándo hay un porqué para disfrutar de una copa de vino? O dos…
Mauricio, que no tenía ni fuerzas ni ganas para sumarse a ese conflicto, revoleaba la vista y miraba para otro lado
Carlos, que había aprendido a mantener una expresión neutral siempre que estaba al lado de Dante Hatclifft, miraba a Mauricio con envidia
Si pudiera, él también haría exactamente la misma expresión
- ¿Sucede algo, Doctor Domoniccie? – le pregunt