95. ¿En un hotel?
Había colocado el pan a tostar mientras preparaba una batida de mango con fresa. Ese día necesitábamos toda la energía posible, no solo porque no sería un día cualquiera, sino porque sería algo movido. Edward jugaba con su cuchara en el vaso de jugo de naranja, golpeándolo como si fuera un tambor improvisado. Me inclinaba sobre la encimera, terminando de organizar lo que llevaríamos para el almuerzo.
Servía el jugo en el vaso y guardaba las tostadas en un contenedor. Pensaba llevarle algunas extra a Logan en agradecimiento por el viaje. El sol de Australia se filtraba por la ventana, pintando la mesa de luz dorada. Era esa magia que solo podía dar ese hermoso país: un calor envolvente en Navidad, mientras en otros lugares hacía un frío impresionante. El sudor bajaba suavemente por mi cuello mientras seguía preparando todo. Era un día normal, o al menos intentaba convencerme de que lo era.
Desde hacía unos días había perdido contacto con Brian y mi corazón dolía. Era como si hubiera ext