78. Juramento
—¿Esto te gusta? —pregunta Juan Pablo con suavidad a la niña pequeña que sigue sentada en la silla, la misma que pertenece a Gabriel y en donde lo coloca cuando viene a su oficina. Le pregunta debido a la galleta que le acaba de dar. Su inhalador está a su lado y no ha tenido problemas con el asma, gracias a Dios. La niña asiente con una sonrisa. Juan Pablo le sonríe de vuelta acariciando su cabello. Alza la mirada cuando Rachel entra, sudando y palideciendo. Se pone de pie confundido—. ¿Qué pasa?
—¡No está! —exclama, con miedo—. La señora Gladys se marchó. Dejó los papales, pero se acaba de ir. El guardia de seguridad me dijo que la vio salir de la compañía.
—Pero me dijiste que estaba esperando por mí.
—¡Es verdad! ¡No sé que sucedió, señor! —Rachel exclama—. Pero alguien más está aquí y quiere verlo.
—No quiero ver a nadie que no sea Gladys aquí en mi oficia. Contáctala como sea. Haz que vena. Ahora.
—Pero el señor Ismael ya está aquí —Rachel no termina la frase porque de la nada,