45. Una mala mujer
Liliana acaricia el cabello de la pequeña Esperanza, ignorando en su totalidad la mirada llena de sorpresa de Esmeralda, de quien desconoce nombre y título. Se disculpa otra vez con ella, y se da la vuelta para buscar ahora sí marchar al baño.
Tanto fue la impresión de Esmeralda que no pudo decir algo más. Sólo cuando Liliana se marcha y con ella aquella bebé, Esmeralda parpadea. Todavía no puede procesar lo que vio; pestañas largas y negras, piel de porcelana, mejillas sonrojadas y color de cabello negro como la noche misma. Esmeralda carraspea, y vuelve hacia el camino que Liliana eligió.
Bufa y vuelve a caminar hacia un piso donde tiene una cita. Una cita con Ezequiel, frente a frente a la ventana. Lo mandó a llamar porque en los días pasado no lo había visto. Esmeralda se quita la cartera y lo primero que hace es empujarlo.
—¡¿Qué fue lo primero que te dije?!
—Ya me hice cargo del oficial. No lo conseguirán —Ezequiel responde.
—¿Y qué con eso? Juan Pablo sigue en las calles y ahor