103. Ya no eres la misma

—Yo —Gladys salta de una vez—. Soy la esposa. Soy su esposa —las palabras le cuestan decirlas por el miedo de saber. Priscila también la persigue, a la espera del golpe final. Los familiares se quedan a una distancia de Gladys y Priscila porque todos sientes casi lo mismo. El mismo miedo se huele en el salón—. Doctor, ¿Cómo está mi esposo?

La cara del doctor dice más que mil palabras, apretando el gorro y con la misma tensión que sienten todos en la sala. Osvaldo también se acerca a la espera de cualquier cosa, pero prefiere mantenerse en silencio.

—El señor Villarreal —carraspea el doctor—, está en un estado muy delicado. Hubo un traumatismo en la cabeza que tratamos con la cirugía. Salió de peligro de muerte, pero su estado de salud es grave. Muy grave. Les recomiendo esperar las próximas horas a como reaccionará la evolución de la cirugía. Si son los mismos signos temo que el señor Villarreal quede en estado vegetal para siempre.

Priscila tiene que darse la vuelta para no escuchar
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