CAPÍTULO 59
DANIELA
Iker, desde que supo de mi embarazo, no ha dejado de consentirme. Su familia está encantada; la semana pasada fuimos a visitarlos y les dimos la bella noticia. Johana, su mamá, hasta lloró de alegría.
Me estoy terminando de alistar para ir a la estética. Por el momento no haré uñas ni faciales con láser; me dedicaré al maquillaje y al cuidado del cabello.
—¿Ya estás lista, amor? —me pregunta Iker.
Asiento con una sonrisa en los labios. Tomo mi bolso y salimos de la habitación.
Venimos escuchando música, tomados de la mano. Nuestras miradas se cruzan y nos esbozamos una suave sonrisa.
Al llegar a la estética, nos despedimos con un pequeño beso en los labios.
—Hola, chicas —saludo al entrar.
—Hola —responden al unísono.
Suena mi celular y contesto al cuarto tono.
—Hola, buenos días.
—Hola, Daniela, habla Irina.
Asiento levemente.
—Quería saber si estás disponible para el 16, me gustaría que me arreglaras para mi boda.
Esbozo una suave sonrisa.
—Déjame revisar.
Reviso