CAPÍTULO 60
IKER
Danielita estuvo en observación; la misma enfermera que me cuidó también estuvo a su lado. En un momento vendrá la doctora para ver cómo va nuestro bebé; dependiendo de lo que diga, nos iremos a casa.
Entro a la habitación y saludo a Viry, quien me devuelve una sonrisa. Me acerco a Danielita y la beso en los labios.
—¿Cómo te sientes?
—Ya mejor.
Nos damos una suave sonrisa y beso su frente. Viridiana se despide, pues debe ir a ver a sus demás pacientes. Hace poco que entró a trabajar en este hospital; como pediatra, será quien atienda a nuestro bebé.
Me acomodo a su lado; Danielita me abraza y dejo un cálido beso en su mejilla y en sus labios. No he querido despegarme de su lado. Mi mamá se ofreció a quedarse con ella anoche, se lo agradecí, pero no quise separarme de su lado. Hoy en la mañana fui a la casa a darme un baño y a desayunar algo; mi mamá se quedó un rato, y cuando llegó mi prima, se fue a su trabajo.
Tenemos entrelazados nuestros dedos, y acaricio su mano