Gabriel tuvo que agarrar el micrófono que le dio Alonso. El anfitrión quería que dijera unas palabras después de su maravillosa presentación.
Una vez que Amanda dejó la pasarela, el público y las cámaras enfocaron a Gabriel y a Diana, quienes saludaban con una sonrisa, disfrutando del éxito.
—Buenas noches. Les quiero dar las gracias a todos los que me han apoyado desde hace años —Empezó el castaño, nostálgico—. Por ver la transmisión de esta noche y comprar cada prenda que saca la marca Atelier. Este vestido tiene como propósito presentar la elegancia que puede tener una mujer.
Tomó una pausa, viendo a todos. Haciéndole una mueca arrugada a su hermano, Nicolás. Tenía que demostrar que él era el dueño de la moda.
—Este vestido demuestra que la mujer no necesita una corona para verse como una auténtica princesa —añadió, concluyendo su discurso.
Los aplausos se hicieron presentes y Helena rodó los ojos. Gabriel era un hipócrita para ella. Sólo quería quedar bien con el mundo, no le