Serena sintió su pecho acelerarse aún más y apartó la mirada con el rostro ruborizado al darse cuenta de sus intenciones.
—I-i-eso no volverá a pasar, así que olvídalo.
Dominic soltó una risa breve y se alejó. —Primero vístete, no es apropiado hablar de negocios con solo una sábana cubriendo el cuerpo —dijo, dejando que sus ojos descendieran por el cuerpo de ella.
Serena miró su propio cuerpo y llevó las manos a sus pechos por encima de la sábana, como si quisiera cubrirse aún más. Dominic solo sonrió y salió de la habitación.
Serena observó al hombre caminar hasta la puerta y salir. Él tenía ese aire de criminal peligroso, pero cuando sonreía, hablaba y la miraba, parecía tan suave. Y la forma en que decía su nombre… parecía que la conocía desde hacía mucho tiempo o que fueran íntimos, pero ella ciertamente recordaría si conociera a una figura como aquella. Quizá era solo cosa de su cabeza.
Después de darse una ducha y vestirse con la ropa que era exactamente de su talla, Serena pens