Alondra es una chica acostumbrada a salirse siempre con la suya, durante toda su vida se ha impuesto frente a todos y para conseguir lo que quiere no le importa dañar a quien se atraviese en su camino, hasta que sus padres descubren lo último que hizo y decididos a corregirla, le quitan cualquier tipo de ayuda, lo que significa para Alondra un comienzo para el cual no está preparada. Sin embargo, decidida está dispuesta a demostrar que ya no es una chica caprichosa y malcriada y que no necesita de nadie porque ella sola se basta. Hasta que se enamora y el amor la hace vulnerable, sobre todo porque no es correspondida y la intención del hombre que ama es tomar venganza por sus errores del pasado ¿Conseguirá el amor Alondra? ¿Podrá redimirse de los errores del pasado?
Leer másAlondra había leído días atrás la carta de Felipe, sintió una profunda tristeza en su corazón, cada letra a pesar de darle aliento fue como pequeñas espinas clavadas en su corazón, lo había juzgado mal o mejor dicho ambos se juzgaron mal, se habían hecho mucho daño, el amor es como una planta que hay que atender y cultivar para que no se marchite, fueron tantas omisiones, se ocultaron tantas cosas. Felipe llamó a Manolo, su amigo casi como un padre lo atendió en la primera timbrada y sin dejarlo hablar le dijo —¿Dónde carajo estás? ¿Qué pasó lograste convencer a Alondra de que no se casara?—No, no logré convencerla, a esta hora debe ser la esposa de Cristiano —expresó con tono de derrota.CAPÍTULO 29. LA CARTA
Dieciocho meses despuésDurante todo ese tiempo, era mucha el agua que había corrido debajo el puente, se había logrado divorciar de Felipe con la ayuda de su padre, no lo había vuelto a ver, aunque los niños mantenían contacto con sus abuelos paternos y su tía Camilla, quienes se los llevaba continuamente a casa de los Ferrari, incluso a veces se quedaban durmiendo allá, pero a Felipe fue como si la tierra se lo hubiese tragado.Ella por su parte había realizado diversos cursos todos en el área de diseño de modas, diseño de moda
Alondra había preparado todo para su viaje, eran dos semanas que debía pasar lejos de sus hijos, de quienes nunca se había separado, había pasado un poco más de una semana desde la situación que vivió, pero durante todo ese tiempo Felipe ni siquiera había llamado, resultó tan mal padre como mal esposo, pero no pensaría más en él.En ese momento veía con mucha alegría un clavel blanco que desde hacía dos días atrás aparecía en la peinadora de su habitación con una nota, la primera decía “Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuev
Al día siguiente del accidente de Taddeo, Alondra fue dada de alta, su padre fue a buscarla mientras expresaba lo contento que estaba de tenerla de vuelta.—No sabes lo contento que estoy de que hayas vuelto a nuestro lado, ya verás que juntos superaremos todos estos momentos, volverás a ser la misma chica alegre que iluminaba y daba alegría a nuestra casa —manifestó con una sonrisa ilusionado.Ella le causó tanta ternura la expresión de su padre y sin siquiera pensar muc
Felipe salió y vio reunido a sus padres, su hermana, Anabella y Sebastián uno sentado al lado del otro y Matteo. Al verlos todos alzaron la vista, él se dirigió a su padre —Papá necesito que vengas conmigo, para que traigas a los pequeños Taddeo y a Val.—¿Hablaste con Alondra? —interrogó.
Felipe la sostenía en sus brazos, la abrazaba con fuerza, mientras se montaba en la parte trasera del auto, su papá manejaba, su madre en el puesto del copiloto y su hermana a su lado, lloraba con desespero como un niño, sin esperanzas, como si no hubiese un mañana mientras expresaba con remordimientos—¡Perdóname mi amor! Te amo mi bonita con toda mi alma, no puedes irte, tus hijos te necesitan, tus padres también te necesitan y yo más que nadie te necesito, si no quieres vivir más conmigo, te dejaré libre, para que busques otro amor—expresaba llorando—, me conformaré con verte, pero no te
Felipe despertó sobresaltado, se levantó, se duchó y mientras lo hacía, decidió ir a conversar con su padre, necesitaba contarle todo lo que había pasado, lo de los niños, lo de Alondra. Por eso al salir del baño, tomó su celular personal y llamó a su padre —Aló, Papá, necesito conversar contigo, podemos vernos en un Restaurant cerca del centro —pronunció con angustia. —Felipe hijo, ¿Pasa algo? ¿Qué tenés? —interrogó Lucca con preocupación.
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