REY DE OROS. CAPÍTULO 18. Recién casados.
REY DE OROS. CAPÍTULO 18. Recién casados.
A Costanza se le cayó la cuchara del helado de la mano cuando Alaric la jaló de la cintura. Fue un movimiento tan natural, tan seguro, que apenas si tuvo tiempo de pensar. Sus labios se encontraron y de golpe todo lo demás pasó a segundo plano.
Sintió que el aire le faltaba, que el corazón le quería salir por la boca… Bueno, no por ahí no, porque esa estaba ocupada… ¡con la lengua de su esposo! ¿Era posible que un beso tuviera más voltaje que una pistola de esas de choque?
No lo sabía, solo era evidente que para los dos las cosas estaban muy descontroladas. Alaric exploró su boca y cuando la escuchó exhalar el primer gemido involuntario, sus labios se deslizaron por la línea suave de su mandíbula, por su garganta… bajando por su cuello y regando su aliento mientras la sentía estremecerse.
Costanza cerró los ojos con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo se arqueaba sin planearlo, y soltó una risita nerviosa.
—No puede ser que estemos haciendo