REY DE OROS. CAPÍTULO 19. La nueva jaula
REY DE OROS. CAPÍTULO 19. La nueva jaula
Alaric y Costanza llegaron puntuales a la casa del cardenal, y en la entrada los recibió un mayordomo con guantes blancos que parecía tragarse su propio aburrimiento con la misma seriedad con que abría la puerta. La mansión era solemne, antigua, llena de cuadros de santos que parecían mirarlos con ojos acusadores. Costanza tragó saliva, era la primera vez que entraba ahí en calidad de “señora casada”, y no quería imaginar que su tío le soltara ninguna lección enfrente de Alaric, pero por desgracia imaginaba que así sería.
La cena comenzó como en un oasis de paz, con una mesa larga cubierta de manteles de lino y candelabros que daban un aire casi teatral. Y el cardenal Pietro los miró con curiosidad.
—¿Te has sentido bien, Costanza? —preguntó con u tono sereno que a ella le atornilló una sonrisa en el rostro de inmediato.
—Sí, tío, muy bien —contestó sin siquiera pensar—. Alaric me deja comer helado a las tres de la mañana, así que estoy bastan