REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 40. Pierde el que quiere más
REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 40. Pierde el que quiere más
Cally se quedó muda, y no fue por falta de palabras, sino porque ninguna le salía. Tenía un nudo en la garganta y el estómago encogido. Lo miró sin saber si gritarle, reírse o simplemente pedirle que no se fuera. Pero Tristan estaba allí, apoyado en la puerta, con los brazos cruzados y la expresión cerrada, como si todo lo que acababa de pasar entre ellos no tuviera importancia alguna.
—Las cosas han cambiado desde que empezó el entrenamiento —dijo ella al fin, en voz baja pero firme—. ¿O no?
Él levantó la vista del reloj que ajustaba distraídamente, como si lo que decía no tuviera peso. —¿Cambiar? ¿De qué estás hablando…?
—De que no sé si la mejor palabra para llamarlo sea “entrenamiento”. ¡Vamos, Tristan! —murmuró Cally como si todo dependiera de su respuesta—. No te hagas el tonto. No me digas que no sientes algo más.
Hubo un silencio incómodo. Tristan la observó por un segundo, con el rostro tan serio que parecía una máscara.