REY DE CORAZONES. CAPITULO 66. Sacrificio
REY DE CORAZONES. CAPITULO 66. Sacrificio
Jimmu estaba completamente descontrolado, como si el olor a sangre le hubiera arrancado la poca calma que tenía. El enorme oso pardo se abalanzaba una y otra vez contra el tronco del árbol donde Cally se había subido. Cada embestida hacía vibrar la corteza, y ella, aunque agotada y tiritando por el frío que se colaba entre las hojas, aún tenía humor suficiente para provocarlo.
—Por Dios, Jimmu… —murmuró, con una sonrisa extenuada mientras se sujetaba mejor a la rama—. Si no pesaras seiscientos kilos quizá sí podrías trepar. Vamos, sé un buen osito y cálmate.
Lo decía con esa mezcla rara de cariño y sarcasmo que últimamente la caracterizaba. Por dentro, sin embargo, el corazón le latía tan rápido que sentía cada golpe como si le empujara las costillas. Jimmu no atendía a razones: arañaba la corteza con unas zarpas enormes, bufaba, resoplaba, intentaba subirse un poco al tronco pero siempre resbalaba. Era demasiado pesado, demasiado grande… dema