CAPÍTULO EXTRA. REINA DE HIELO. “Besos y bebés”
CAPÍTULO EXTRA. REINA DE HIELO. “Besos y bebés”
ALMA
No sé qué hora es, pero estoy segura de que el sol todavía está durmiendo. El silencio de la casa está roto por el sonido más dulce y más aterrador del universo: el llanto de Reina. Otra vez. Por tercera vez esta noche.
—Ya voy, pequeña dictadora —murmuro sonriendo a pesar de todo, me levanto arrastrando los pies desde la cama con la camiseta torcida, el pelo como un nido y la cara pegada de tanto dormir a saltos.
Pero cuando llego al cuarto, Viktor ya está ahí. Descalzo, despeinado, con ese pantalón gris que juro no se ha quitado en tres días, y la bebé en brazos como si fuera una extensión de su alma. Está caminando en círculos suaves, murmurando en sueco, con esa voz baja y profunda que siempre me hace pensar en nieve, fuego y promesas.
—¿Cuánto lleva llorando? —pregunto, medio bostezando y medio rendida.
—Unos cinco minutos. Estaba esperando a ver si se calmaba con mi voz, pero... —me mira y sonríe—, es tan terca como tú.
—Perdó